Como explicó ayer este diario, el control de Patria Roja del Sutep tambalea. Su rival el Sutep-Conare lleva adelante una huelga acatada en cada vez más provincias, y ahora presiona por un reconocimiento como interlocutores válidos del gobierno. Tan importante el reconocimiento que estarían dispuestos a declinar los 11 puntos de su reclamo a cambio de una cita con las autoridades del ministerio de Educación.
Es público y notorio que varios de los dirigentes rivales de Patria Roja pertenecen al Movadef, uno de los brazos políticos de Sendero Luminoso. ¿Significa esto que hay una gran cantidad de maestros simpatizantes de SL? No necesariamente. Pero sí quiere decir que muchos están prefiriendo la defensa que hace el Sutep-Conare de sus reclamos, y guardan pocas simpatías por Patria Roja.
La idea de un Sutep con presencia de SL en su directiva, o incluso de un sindicato magisterial paralelo del Movadef, marcaría un giro importante en la política nacional. Patria Roja ha sido una piedra radical en el zapato del orden educativo peruano desde los años 70, pero en 40 años se había alcanzado algunas formas de convivencia. Un senderismo poco disimulado que vuelve por la ventana sindical es otra cosa.
Estamos ante una batalla política que Patria Roja está peleando por su cuenta, y hasta el momento perdiendo. El avance del ala ultra del magisterio no es reciente, y no ha sido rápido. Pero en este semestre las cosas se han precipitado al extremo de que Patria Roja ha pedido ayuda al gobierno en el asunto, y denunciado abiertamente a sus rivales como parte de una ofensiva senderista.
No estamos ante un problema exclusivo de Patria Roja. Pero está claro que ningún otro partido político está dando esa batalla. No se precisa mucha imaginación para comprender lo que significaría el Movadef al mando del más grande y movilizable sindicato del país, con presencia en todo el territorio y un órgano financiero como la Derrama magisterial. Además sería un éxito replicable en otros sindicatos.
Para el gobierno la cosa es complicada. Patria Roja es el mal menor en esta historia, pero al mismo tiempo es el que está contribuyendo a producir el problema más serio, en Cajamarca. La gente del Conare parece dispuesta a concederlo todo por una alianza con el gobierno que permita liquidar a Patria Roja en el Sutep. Pero como siempre, el problema con este tipo de compañero de lecho es el día siguiente.
En el fondo lo del Sutep-Conare no es una huelga contra la patronal, en este caso el gobierno, sino una huelga contra la dirección nacional del sindicato. Una extraña figura que nos recuerda la manera en que el activismo senderista paralizó para todo fin práctico a la dirigencia sindical en los años 80. Una parálisis de la que el sindicalismo nunca se repuso del todo, y que las patronales desde entonces agradecieron
FUENTE: LA REPUBLICA (CLIC AQUI)
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