Son
distintos y hasta adversarios. El ser “rezagos” del senderismo, lo que es
cierto, no explica mucho de lo que sucede en la realidad.
Carlos Tapia
Opinión Columnista
1).-
Los seguidores de Guzmán, senderistas desarmados que se rigen por el
“pensamiento Gonzalo”, son los organizadores del Movadef. Están cumpliendo con
el acuerdo partidario de implementar la “política sin sangre”. Preservan la
clandestinidad de su partido: “Algunos de nosotros tienen que aparecer, salir de
la clandestinidad, develar su condición de comunistas, por necesidad
partidaria…” (Guzmán, 1993).
El Movadef es en la jerga senderista un
“organismo generado” por el PCP-SL. Es decir, para ganar “masas” que saquen la
cara por ellos, para así resguardar al partido. Por eso, no les gusta hablar del
pasado senderista y de los crímenes cometidos. Los jóvenes engañados que los
siguen, consideran a Guzmán un líder político, preso por sus ideas. Cuando
Crespo y Fajardo hablan de la Amnistía General que propugnan, les molesta
aceptar que quieren La
Libertad también de Montesinos y del Grupo
Colina. Reiteran, como si fueran ajenos a lo sucedido, que “el Dr. Guzmán ya
declaró que fueron derrotados militarmente en 1992”. Al interior del Movadef no
faltan algunos senderistas que todavía sueñan con volver a tomar las armas, pero
son los menos. Otros buscan radicalizar las protestas sociales y no pocos ya
trabajan sus candidaturas a regidores y alcaldes. Pero la c. Miriam es más
clara: “Nuestro período histórico terminó”, y añade “aceptamos el marco legal republicano”
y “el estado actual no es un estado fascista” y por eso están de acuerdo en la
participación electoral (entrevista EFE, 2009). ¿El “pensamiento Gonzalo” los
iluminará para salir elegidos?
2).- El grupo armado de los Quispe
Palomino del Vraem, si de rezagos se trata, tiene su origen en la fracción
“proseguir” (la lucha armada), que desconoció el llamado Acuerdo de Paz
propugnado por Guzmán (en acuerdo con Montesinos) desde 1993. Su jefe era
“Feliciano”, que fue capturado en 1999, con la complicidad de la familia Quispe
Palomino. A partir del 2002, se empiezan a llamar Partido Comunista
militarizado, dicen ser marxistas-leninistas-maoístas pero reniegan del
“pensamiento Gonzalo”, endilgándole ser el causante de las matanzas de
campesinos. Hasta llegan a acusarlo de ser un gran terrorista y lo quisieran
muerto.
Las emboscadas contra patrullas policiales y del Ejército, así
como el hostigamiento armado a las bases militares,
la denominan “guerra democrática de resistencia contra el imperialismo yanqui”.
Han logrado aprovisionarse de las ametralladoras de dos helicópteros derribados
y cuentan con más de un centenar de fusiles y metralletas, además de
retrocargas, carabinas, revólveres y pistolas. Conocen al detalle el terreno
donde actúan, se llevan bien con los campesinos (los apoyan para la época de
siembra, etc), cuentan con informantes en cada centro poblado y son eficientes
en la utilización de minas. No encubren su rostro, dan entrevistas radiales y
televisivas para el Perú
y el extranjero. No son guachimanes del narcotráfico,
como algunos sostienen, pero sí lo fagocitan al “tercerizar” las tareas de seguridad
de esta ilegal industria. Hacen proselitismo político, aunque les falta cuadros.
Sus elementos de base son fáciles de ser ganados por el dinero. Su combate
requiere de más estado, participación democrática, nueva economía local e
inteligencia militar-policial humana y electrónica.