Carlos
Tapia
1).-
Muchos no reparan que el Movadef se creó en el 2009 para insistir en la
amnistía a favor de Abimael Guzmán y todos los presos por terrorismo, pero
también de Montesinos. Es que la amnistía general que proponen incluye, además,
a los políticos, Policías
y militares
presos por su participación en la guerra interna.
Recordemos
algo de la historia previa. Ya, a partir de las dos cartas enviadas por Abimael
Guzmán a Fujimori
en octubre de 1,993 pidiendo un Acuerdo de Paz, es que, después, ilusoriamente
se empezó a proponer como una de sus condiciones la “libertad de los presos
políticos y prisioneros de guerra”, refiriéndose a los senderistas que estaban
en prisión. Como se sabe, el Acuerdo de Paz era inviable porque para que
tuviera fuerza y sentido debería haber contado con el apoyo de los grupos
armados senderistas. Y eso no fue así. Y del otro lado (la llamaban “otra
colina”), el gobierno de Fujimori
simplemente aprovechó estas franeleras cartas a favor de su campaña para ganar
el referéndum que impuso la actual Constitución. Tan clara fue la maniobra a
favor de Fujimori,
que con ocasión de la segunda carta fechada el 8 de octubre de 1993 -tres
semanas antes de la fecha del referéndum constitucional- el diario Expreso,
defensor a ultranza del 5 de abril, escribió en su editorial: “No se necesita
ser muy suspicaz para percatarse de que, colgado del objetivo principal
(proponer acuerdo de paz) hay otro: consolidar la campaña por el SÍ (a favor de
la Constitución Fujimorista).
2).- Pero la cosa tiene un lado más oscuro. Las famosas cartas empiezan a concretarse meses antes, cuando “el interlocutor académico” (Montesinos), a nombre del gobierno, se empieza a reunir con Guzmán e Iparraguire, a mediados de 1993. Ahí, entre lomitos saltados y torta de cumpleaños, Montesinos accedió a trasladar a los principales dirigentes senderistas presos en Yanamayo para que Guzmán los convenciera. Así desde el 15 de setiembre de 1993 hasta el 8 de enero de 1994, Morote, Salas, Huatay y Pantoja sufren un lavado de cabeza para luchar contra los seguidores de “Feliciano” (llamados “guerrilleristas errantes”) y a favor de un Acuerdo de Paz, imposible de alcanzar pero útil para mejorar las condiciones de carcelería del presidente Gonzalo y su pareja.
Para que se comprenda mejor el por qué Movadef pide la amnistía también para Montesinos, transcribimos la carta que el 3 de noviembre de 1993 la cúpula senderista en prisión le envió: “Por eso, doctor Montesinos, expresamos a Usted nuestro reconocimiento, a su amplitud de compresión y sagaz capacidad, a su tesonero esfuerzo y dedicación, desde nuestra colina, a la causa de la consecución de la paz en cuyos avances le corresponde una decisiva actuación… Le decimos que garantizamos que el partido siempre habrá de tener presente el papel fundamental que Usted ha cumplido y continúa desempeñando en la histórica, como compleja y difícil brega por la obtención de un Acuerdo de Paz…”.
3).- Como se sabe, la historia no los juntó solamente durante la década de los años 90, sino también desde el año 2002 cuando la justicia recluyó al admirado “interlocutor académico” en la misma prisión habitada por “el presidente Gonzalo”.
2).- Pero la cosa tiene un lado más oscuro. Las famosas cartas empiezan a concretarse meses antes, cuando “el interlocutor académico” (Montesinos), a nombre del gobierno, se empieza a reunir con Guzmán e Iparraguire, a mediados de 1993. Ahí, entre lomitos saltados y torta de cumpleaños, Montesinos accedió a trasladar a los principales dirigentes senderistas presos en Yanamayo para que Guzmán los convenciera. Así desde el 15 de setiembre de 1993 hasta el 8 de enero de 1994, Morote, Salas, Huatay y Pantoja sufren un lavado de cabeza para luchar contra los seguidores de “Feliciano” (llamados “guerrilleristas errantes”) y a favor de un Acuerdo de Paz, imposible de alcanzar pero útil para mejorar las condiciones de carcelería del presidente Gonzalo y su pareja.
Para que se comprenda mejor el por qué Movadef pide la amnistía también para Montesinos, transcribimos la carta que el 3 de noviembre de 1993 la cúpula senderista en prisión le envió: “Por eso, doctor Montesinos, expresamos a Usted nuestro reconocimiento, a su amplitud de compresión y sagaz capacidad, a su tesonero esfuerzo y dedicación, desde nuestra colina, a la causa de la consecución de la paz en cuyos avances le corresponde una decisiva actuación… Le decimos que garantizamos que el partido siempre habrá de tener presente el papel fundamental que Usted ha cumplido y continúa desempeñando en la histórica, como compleja y difícil brega por la obtención de un Acuerdo de Paz…”.
3).- Como se sabe, la historia no los juntó solamente durante la década de los años 90, sino también desde el año 2002 cuando la justicia recluyó al admirado “interlocutor académico” en la misma prisión habitada por “el presidente Gonzalo”.