Por: Manuel Guerra
Ya lo hemos dicho antes: Sendero es tan útil a los planes reaccionarios, que si no existiría, seguramente la derecha lo inventaría. No es casual que, cuando las cosas se ponen color de hormiga para la derecha, aparezcan banderas rojas, pintas y hasta emboscadas en el VRAE, con el consiguiente aprovechamiento mediático para generar una sensación de inseguridad y justificar el autoritarismo. Tan cínicos son los personajes derechistas, que Mercedes Cabanillas no tuvo empacho de llevar del brazo a Huaynalaya y alojarlo en su local partidario cuando este oscuro personaje se dedicaba a dividir al SUTEP y quebrar la lucha magisterial.
Porque ese es otro de los usos que hace la derecha de Sendero, el de voluntarioso divisionista de las organizaciones populares, de sucio calumniador de dirigentes y organizaciones de izquierda, cuando no de informante de los servicios de inteligencia. Para nadie es un secreto que Sendero está infiltrado hasta la médula. La derecha sabe sus pasos, conoce sus planes, pero lo controla y mantiene mientras le convenga a sus intereses.
No podemos cometer el error de ponernos a la cola del coro derechista, que no es sino una jugada de la falsa polarización en que pretende encasillarnos: democracia versus terrorismo. Hay que actuar con independencia, ampliar el espacio de la izquierda y los sectores del cambio, desenmascarar los planes de la derecha y el uso de su monigote, el senderismoNuevamente la derecha hace uso y abuso de Sendero Luminoso para afirmar su ofensiva ideológica y política con el propósito de descalificar al conjunto de la izquierda y los sectores que enarbolan las banderas de cambio en el país. El pretexto esta vez es una minúscula marcha senderista en San Marcos, que los medios se han encargado de magnificar hasta el ridículo para justificar los arrebatos macartistas y anticomunistas, que se activan sobre todo cuando la reacción percibe avances en el campo popular. Así, el coro cuyas voces de personajes como el Presidente García, el Ministro del Interior, el inefable señor Chang, el Cardenal Cipriani, parlamentarios biliosos y periodistas retrógrados, se desgañitan clamando y amenazando con intervenir las universidades, añorando los años dorados del fujimorismo. Que el movimiento estudiantil se encuentre en franca recuperación o que al interior de los centros de estudio existan docentes con espíritu crítico, es una verdadera pesadilla para la derecha cavernaria que anhela barrer toda manifestación de pensamiento renovador, avanzado y de izquierda de los claustros universitarios y centros superiores.
Esto no es más que un eslabón de la ofensiva derechista, que también está haciendo lo suyo a raíz de la excarcelación de miembros de Sendero y el MRTA, después de cumplir condena. En este caso el objetivo a golpear son las organizaciones de derechos humanos, a la vez que se pretende garantizar impunidad a los perpetradores de la guerra sucia que se desarrolló desde los aparatos del Estado.