Por: Manuel Guerra

A estas alturas resulta evidente el entrampamiento en que se encuentra CONARE, que, montándose sobre las justas indignaciones y reclamos de los maestros, ha conducido de manera irresponsable y aventurera a algunos sectores, sin encontrar una salida posible y coherente que lleve a un desenlace de la huelga emprendida.
Las conquistas obtenidas con el paro del 13 de julio por el SUTEP, que constan en el acta firmada con el MINEDU y que luego fueran refrendadas por el acuerdo entre el Ejecutivo y los gobernadores regionales, y por el acta firmada por el SUTE Cusco, representan logros posibles de obtener en esta fase de la lucha, lo que no resuelve los problemas de fondo de la educación peruana, ni agotan la plataforma ni en pliego de reclamos enarbolado por el CEN del SUTEP, ni significan el abandono de la lucha por las demandas pendientes, por la dignificación del maestro, por una educación gratuita, de calidad, para todos los peruanos.
CONARE, hoy bajo la conducción de la facción senderista PROSEGUIR no ve las cosas así. Sucede que a este sector no le interesa el pliego de reclamos de los maestros, ni la integridad de su sindicato, el SUTEP. Sus objetivos no son gremiales, sino políticos. Lo que pretende es asentar su presencia en el magisterio, y por esa vía pugnar por un posicionamiento político en el escenario nacional, forzar la liberación de su cabecilla y reforzar sus acciones en el VRAEM. La feroz campaña desatada contra Patria Roja se sustenta en que esta organización se ha convertido en un verdadero obstáculo para sus planes, tanto en el magisterio, como en otros sectores populares.
Ya hemos visto lo que hizo Sendero Luminoso en los 80 con los dirigentes populares, campesinos, sindicales y barriales que no comulgaban ni se sometían a su prédica: De la calificación de “revisionistas”, “vendeobreros”, “capituladores”, “traidores”, “montón de basura”, y otras perlas, pasaron a las amenazas, las agresiones físicas, al asesinato cobarde, el derramamiento de sangre que ellos consideraron necesario para la plasmación de sus planes delirantes. Es la desesperación de los incapaces, el recurso de la fuerza en lugar de las ideas, la opción del sometimiento por el miedo al que recurre siempre el autoritarismo recalcitrante de cualquier pelaje.  
Y este peligroso camino es el que Sendero/PROSEGUIR ha empezado a transitar nuevamente hoy, a sabiendas que sus acciones a través del CONARE están destinadas al fracaso. Levantada la huelga en Cusco y otras cinco regiones, con la presión de estudiantes y padres de familia que ven en riesgo la pérdida del año escolar, con cada vez mayores contingentes de maestros dispuestos a retomar el dictado de clases, no han encontrado mejor salida que radicalizar sus medidas, pasar a LA TOMA DE LOS LOCALES DEL SUTEP, PLANEAN LA AGRESIÓN FÍSICA DE LOS DIRIGENTES MAGISTERIALES, es decir emprender una escalada de violencia de imprevisibles consecuencias.
No son casuales las abiertas amenazas de muerte vertidas contra Teresa Matos, dirigente del SUTE Cajamarca y contra Arturo Ayala, dirigente de la Juventud Comunista de Patria Roja, la toma del Local del Sute provincial de Moyobamba. Debemos estar advertidos, denunciar y condenar estos siniestros planes. Los cálculos políticos de determinadas organizaciones de izquierda, su rivalidad con Patria Roja, no deben obnubilar sus juicios. Una cosa es solidarizarse con la justa causa de los maestros; otra —lo repetimos—, la de hacer de tontos útiles del senderismo.