La huelga CONARE- PROSEGUIR “hasta las últimas consecuencias” tiene como punto central de plataforma la EVALUACIÓN CERO. Es decir, los maestros no deben ser evaluados en su labor en la escuela. Hoy ni nunca.
Los padres de familia evalúan a sus hijos para ver cómo marchan en sus estudios y considerar como mejorar su desempeño de estudiantes. Los maestros deben evaluar a sus estudiantes para ayudarlos a mejorar y superar sus puntos deficientes. La evaluación es necesaria para avanzar en cualquier aspecto de la vida. No hacerlo es permanecer donde se está, no avanzar, no ser mejores, no tener ningún interés en la capacitación.
En suma: la evaluación cero es el canto a la ignorancia, a la pereza mental, al atraso, al conformismo. Ese es el tipo de maestro que exige Sendero Luminoso- Movadef-Conare y el grupo Proseguir en la guerra, quienes  encabezan la huelga y manipulan a sectores honestos de maestros  atemorizados por una evaluación punitiva.
Otra cosa es cómo y para qué se evalúa. Lo correcto es lo que plantea el CEN del SUTEP y que se está logrando en parte con el Acta firmada con el ministerio de Educación, incluyendo el acuerdo con los gobiernos regionales y los maestros del Cusco, y que llevó a estos y otros sectores a levantar la huelga: evaluación con capacitación y sin despidos arbitrarios. La evaluación debe ser para mejorar respetando los derechos de los maestros, no para depurar ni sancionar, lo que es absolutamente inaceptable.
La evaluación punitiva, sancionadora, que viene del gobierno de Alan García es la que hay combatir por injusta, prepotente, antidemocrática, que es la otra cara de la “evaluación cero”.  Lo correcto es lo que viene planteando el CEN del SUTEP: EVALUACIÓN CON CAPACITACIÓN Y ESTABILIDAD, sobre el cual se han logrado avances muy importantes en los acuerdos alcanzados hasta el momento.
Un maestro con vocación y con responsabilidad con sus estudiantes, con los padres de familia y con el país, debe ser un maestro que se capacita constantemente, que se esmera en ser mejor maestro, al mismo tiempo que lucha por sus derechos legítimos, por su dignidad profesional.
Evaluación cero es volver al pasado, es rendir culto al estancamiento, es defender el atraso, lo que ningún maestro responsable puede aceptar, pues significaría renunciar a ser maestro de verdad, un maestro que  se perfecciona siempre y que busca ser mejor siempre en beneficio de los alumnos. Sin alumnos no habría necesidad de maestros.